- ¿¡Qué pasa!?¿Cuál es el apuro?¿A dónde van?.- Preguntaba desesperadamente.
- Quédate acá en la casa mi niña, vamos a una reunión importante.- Me respondió mi madre.
- Pero..¿Qué tan importante es eso?
- Muy importante Nani, así que quédate acá.- Me contestó Angela, mi hermana.
- ¿¡Tú también vas!?
- Sí Nani.
¿Qué reunión tan importante era esa?¿Por qué tan apresurados?. Yo suelo ser una chica curiosa, yo diría que demasiado, así que, no aguanté y silenciosamente los seguí sin que ellos se dieran cuenta.
Entraron a un alto edificio, con una entrada algo tenebrosa. Al entrar se encontraba un pasillo oscuro que llevaba a una habitación, en la cual, mis padres y hermanas entraron. Escuché por la puerta. Había un alto cuchicheo, hasta que de repente, hubo un silencio total. Se escucharon unos pasos, seguido de la voz de nuestra jefa.
- ¡Silencio todo el mundo! Quiero escuchar las opiniones de cada uno acerca de la derrota de hoy.- Habló la jefa.
- ¡No es justo! ¡Llevamos décadas en ese lugar!¿¡Y no los van a quitar así como así!?.- Dijo, al parecer, la subcapitana.
Seguido de ésto, volvió un gran ruido de cuchicheos hasta que la jefa volvió a mandar a callar.
- ¿Alguien más?
- En caso de otra guerra, ¡¡Igual perderíamos!!. Tenemos muy poca milisia, la mayoría de nuestra población es ¡Vegetariana!.- Dijo una persona con una voz aguda.
En eso, por lo que escuché, se levantó mi hermana, puesto que se escuchó un chillido de una silla rodandose.
- ¡¿Y qué tiene que seamos vegetarianos?!
- ¡Que son unos cobardes!
- ¡¡Nosotros somos los mejores guerreros de la milisia, y somos vegetarianos!!.- Se defendió mi madre, al sentirse ofendida por tal insulto.
- ¡Cállense! Señora Luisa, no tiene derecho a insultarlos; es cierto, los "Cedeño" son nuestros mejores guerreros y son vegetarianos.- Dijo la jefa calmando la situación.
- Eso fue porque se entrenaron en la LGM, ¡Los más rudos!.- Habló la señora Luisa.
La LGM es una organización llamada "Las Grandes Milisias", es una organización que, según me han dicho, es la más ruda y fuerte de todas las otras. Sin mencionar los entrenamientos utilizados para convertirse en guerreros.
- Usted también se entrenó allí y fueron los vegetarianos que se destacaron.- Respondió fríamente la jefa.
La tal señora Luisa se calló. Me encantó esa defensa. Y, si los "Cedeño" son los mejores guerreros; ¿¡Qué hacía yo como una inútil!?; ¿¡La oveja negra de la familia!?. No lo creo, decidí esforzarme y ser tan buena como mi familia; debía alzar mi apellido ¡Hasta la cima!.
- La próxima guerra se provocará en 2 años.- Concluyó la jefa.- Quiero ver a todos, absolutamente a todos los vampiros mañana en la puerta de la LGM. Se entrenarán por 2 años, exceptuando los ya entrenados allí.
- ¿Incluyendo hijos?.- Habló mi padrastro.
- Incluyendo hijos. Especialmente la tuya. Tengo una impresión de que tu hija será una gran guerrera.
Todo se volvió a ruidos. Decidí volver a casa antes de que me vieran, puesto que todos comenzaron a salir.
Llegué a mi casa, encendí la música del Stereo a todo volumen y me acosté con un pote de helado de sangre de ciervo, mi favorito.
Cuando llegaron mi madre, padrastro y hermana; pensaron que estaba completamente tranquila en la casa y que allí me había quedado.
- Mañana tendremos un duro día, vayámosno a acostar.- Me dijo mi hermana extendiéndo su mano para ayudarme a levantarme.
- ¿¡Por qué duro!?.- Pregunté haciéndome la ingenua.
- Entrarás a la LGM
- ¡¿Quééé?!...¡¡Geniiaal!!.- Grité fingiendo asombro.
Ambas nos fuimos a acostar.
Llegó el día, el día en que entraría a la LGM, tenía pensado convertirme en la mejor, por muy duro que fuera, tenía que ser la mejor.
Llegué al lugar, era prácticamente una cárcel; era una torre oscura y puntiaguda. Estaba rodeada por inmensas rejas que terminaban en un filo puntiagudo. Allí tenía que vivir por 2 años enteros. Se sentía un escalofrío. Pero eso no detuvo mis pensamientos de ser la mejor. Me despedí de mi madre y padrastro con un fuerte abrazo y sollozos, también de mi novio, el cual me prometió que al salir de allí nos casaríamos. Pero, a pesar de eso, todavía seguía pensando en aquel chico lobo, que, a pesar de que fue por unos segundos; sentí algo indescriptible.
Entré y en seguida se presentaron ante el grupo dos vampiros llenos de cicatrices, con miradas frías y escalofríantes. Una mirada que demostraba todo el sufrimiento, dolor y muerte que había vivido.
- Bienvenidos a la LGM. El que haya venido aquí por diversión, mejor váyase, que ésto les será una cárcel; y más.- Habló uno de ellos.
- Primero haremos un recorrido por la torre, después se les darán sus itinerarios, se irán a acostar, estrictamente a las 6:00 pm, a la mañana siguiente se despertarán a las 3:00 am. No quiero quejas. No quiero bromas. No quiero desorden. El que no cumpla las reglas, será expulsado inmediatamente.- Dijo el otro de los vampiros.
Comenzamos a recorrer la torre, pasamos por un pasillo oscuro, lleno de murciélagos, eran las mascotas del lugar. Cada pasillo tenía varias puertas, las cuales eran las habitaciones donde debíamos quedarnos. Salimos a un extendo patio; el cual contenía millones de armas para matar a cualquier tipo de criatura, el patio era extremadamente grande, con césped perfectamente cortado y un sol que quemaría a cualquiera.
Volvimos a entrar y nos mostraron una de las millones de habitaciones. Era oscura, pequeña y con un colchón en el suelo.
- ¡¡¡Yo no pienso dormir acá!!!¡Es una suciedad total!¡¡Qué asco!!.- Refunfuñó una chica vampira del grupo.
- Lo siento señorita Verónica.- Habló uno de los guías con una mirada total y completamente escalofríante.
En eso, 2 hombres altos; igualmente con cicatrices y mirada escalofríante, tomaron de los brazos a Verónica y la expulsaron del lugar.
Los hombres altos se postraron frente al grupo.
- Quien quiera que esto suceda, hable de una vez. Odio las quejas.- Dijo el guía.
- Ahora, se les dará el número de habitación y se dirigirán a sus respectivas habitaciones.- Habló el otro guía.
- Quédate acá en la casa mi niña, vamos a una reunión importante.- Me respondió mi madre.
- Pero..¿Qué tan importante es eso?
- Muy importante Nani, así que quédate acá.- Me contestó Angela, mi hermana.
- ¿¡Tú también vas!?
- Sí Nani.
¿Qué reunión tan importante era esa?¿Por qué tan apresurados?. Yo suelo ser una chica curiosa, yo diría que demasiado, así que, no aguanté y silenciosamente los seguí sin que ellos se dieran cuenta.
Entraron a un alto edificio, con una entrada algo tenebrosa. Al entrar se encontraba un pasillo oscuro que llevaba a una habitación, en la cual, mis padres y hermanas entraron. Escuché por la puerta. Había un alto cuchicheo, hasta que de repente, hubo un silencio total. Se escucharon unos pasos, seguido de la voz de nuestra jefa.
- ¡Silencio todo el mundo! Quiero escuchar las opiniones de cada uno acerca de la derrota de hoy.- Habló la jefa.
- ¡No es justo! ¡Llevamos décadas en ese lugar!¿¡Y no los van a quitar así como así!?.- Dijo, al parecer, la subcapitana.
Seguido de ésto, volvió un gran ruido de cuchicheos hasta que la jefa volvió a mandar a callar.
- ¿Alguien más?
- En caso de otra guerra, ¡¡Igual perderíamos!!. Tenemos muy poca milisia, la mayoría de nuestra población es ¡Vegetariana!.- Dijo una persona con una voz aguda.
En eso, por lo que escuché, se levantó mi hermana, puesto que se escuchó un chillido de una silla rodandose.
- ¡¿Y qué tiene que seamos vegetarianos?!
- ¡Que son unos cobardes!
- ¡¡Nosotros somos los mejores guerreros de la milisia, y somos vegetarianos!!.- Se defendió mi madre, al sentirse ofendida por tal insulto.
- ¡Cállense! Señora Luisa, no tiene derecho a insultarlos; es cierto, los "Cedeño" son nuestros mejores guerreros y son vegetarianos.- Dijo la jefa calmando la situación.
- Eso fue porque se entrenaron en la LGM, ¡Los más rudos!.- Habló la señora Luisa.
La LGM es una organización llamada "Las Grandes Milisias", es una organización que, según me han dicho, es la más ruda y fuerte de todas las otras. Sin mencionar los entrenamientos utilizados para convertirse en guerreros.
- Usted también se entrenó allí y fueron los vegetarianos que se destacaron.- Respondió fríamente la jefa.
La tal señora Luisa se calló. Me encantó esa defensa. Y, si los "Cedeño" son los mejores guerreros; ¿¡Qué hacía yo como una inútil!?; ¿¡La oveja negra de la familia!?. No lo creo, decidí esforzarme y ser tan buena como mi familia; debía alzar mi apellido ¡Hasta la cima!.
- La próxima guerra se provocará en 2 años.- Concluyó la jefa.- Quiero ver a todos, absolutamente a todos los vampiros mañana en la puerta de la LGM. Se entrenarán por 2 años, exceptuando los ya entrenados allí.
- ¿Incluyendo hijos?.- Habló mi padrastro.
- Incluyendo hijos. Especialmente la tuya. Tengo una impresión de que tu hija será una gran guerrera.
Todo se volvió a ruidos. Decidí volver a casa antes de que me vieran, puesto que todos comenzaron a salir.
Llegué a mi casa, encendí la música del Stereo a todo volumen y me acosté con un pote de helado de sangre de ciervo, mi favorito.
Cuando llegaron mi madre, padrastro y hermana; pensaron que estaba completamente tranquila en la casa y que allí me había quedado.
- Mañana tendremos un duro día, vayámosno a acostar.- Me dijo mi hermana extendiéndo su mano para ayudarme a levantarme.
- ¿¡Por qué duro!?.- Pregunté haciéndome la ingenua.
- Entrarás a la LGM
- ¡¿Quééé?!...¡¡Geniiaal!!.- Grité fingiendo asombro.
Ambas nos fuimos a acostar.
Llegó el día, el día en que entraría a la LGM, tenía pensado convertirme en la mejor, por muy duro que fuera, tenía que ser la mejor.
Llegué al lugar, era prácticamente una cárcel; era una torre oscura y puntiaguda. Estaba rodeada por inmensas rejas que terminaban en un filo puntiagudo. Allí tenía que vivir por 2 años enteros. Se sentía un escalofrío. Pero eso no detuvo mis pensamientos de ser la mejor. Me despedí de mi madre y padrastro con un fuerte abrazo y sollozos, también de mi novio, el cual me prometió que al salir de allí nos casaríamos. Pero, a pesar de eso, todavía seguía pensando en aquel chico lobo, que, a pesar de que fue por unos segundos; sentí algo indescriptible.
Entré y en seguida se presentaron ante el grupo dos vampiros llenos de cicatrices, con miradas frías y escalofríantes. Una mirada que demostraba todo el sufrimiento, dolor y muerte que había vivido.
- Bienvenidos a la LGM. El que haya venido aquí por diversión, mejor váyase, que ésto les será una cárcel; y más.- Habló uno de ellos.
- Primero haremos un recorrido por la torre, después se les darán sus itinerarios, se irán a acostar, estrictamente a las 6:00 pm, a la mañana siguiente se despertarán a las 3:00 am. No quiero quejas. No quiero bromas. No quiero desorden. El que no cumpla las reglas, será expulsado inmediatamente.- Dijo el otro de los vampiros.
Comenzamos a recorrer la torre, pasamos por un pasillo oscuro, lleno de murciélagos, eran las mascotas del lugar. Cada pasillo tenía varias puertas, las cuales eran las habitaciones donde debíamos quedarnos. Salimos a un extendo patio; el cual contenía millones de armas para matar a cualquier tipo de criatura, el patio era extremadamente grande, con césped perfectamente cortado y un sol que quemaría a cualquiera.
Volvimos a entrar y nos mostraron una de las millones de habitaciones. Era oscura, pequeña y con un colchón en el suelo.
- ¡¡¡Yo no pienso dormir acá!!!¡Es una suciedad total!¡¡Qué asco!!.- Refunfuñó una chica vampira del grupo.
- Lo siento señorita Verónica.- Habló uno de los guías con una mirada total y completamente escalofríante.
En eso, 2 hombres altos; igualmente con cicatrices y mirada escalofríante, tomaron de los brazos a Verónica y la expulsaron del lugar.
Los hombres altos se postraron frente al grupo.
- Quien quiera que esto suceda, hable de una vez. Odio las quejas.- Dijo el guía.
- Ahora, se les dará el número de habitación y se dirigirán a sus respectivas habitaciones.- Habló el otro guía.