Cap 10: Protección

Me desperté segura, puesto que con tanta protección no debía sentir miedo, fui a desayunar; estaba mi hermana , allí, donde siempre, junto a nazareth, nada más junto a ella.

- ¡Hermana! ¡Ay hermana! ¡¿Estás bien?! ¡¿Te ha pasado algo?!.- Angela estaba desperada, me recibió con un fuerte abrazo y con esas angustiantes preguntas; Nazareth, hizo lo mismo, sólo que con más serenidad.

- Tranquila estoy bien me salvaron antes.- Le aseguré.

- ¡Sí, me dijeron que Will!.- Me dijo Nazareth mientras me guiñaba el ojo.

-Si....-Contesté tímidamente.

Desayuné, como siempre, un tercio de sangre; esta vez era de lobo; la más exquisita despues de la de los humanos. Al terminar, en seguida se presentraon mis 3 guias: Allan, Jhosue y Will.

- ¿Puedo ir al baño?.- Pregunté. La verdad era que había sentido algo desde el piso de abajo. Donde se encontraba la gema de rubí; pero no quize alarmar a todos hasta estar segura de lo que pasaba allá abajo.

-Por supuesto jefa-Respondió Allan haciendo una reverencia.

Me dirigí a la planta baja del castillo, por suete la "cafetería" estaba justo arriba de ésta. Pasé por los pasillos muy oscuros y llenos de agua otra vez, soy de muy buena memoria por lo que recordé el camino exacto. Allí estaba la puerta; donde debía estar la gema. Entré con cuidado, y para mi sorpresa (y terror), no había ni un solo guardia, en cambio, ví a una persona de cabello marrón oscuro y ojos azules, pero no era un azul tranquilo; sus ojos hacían sentir un tremendo escalofrío por todo mi cuerpo. Era un hombre lobo, se quería llevar la gema. ¿¡Dónde estaban los guardias!?.

- Vaya, vaya... ¡Mataré 2 pajaros de un tiro!... Mucho gusto... Jefa... Perdón... Ex jefa.- Su voz era horrible, sentí un fuerte estruendo subiendo desde mis piernas hasta mi cabeza.- ¿Qué pasa? ¿Tienes miedo?.- Seguía burlonamente.

- No debo tenerlo... ¡No te puedo dejar llevarte la gema!.- Estaba decidida.

El hombre lobo sólo desprendió una burla. Realmente...¿Cómo lo derrotaría?, ¡Sólo me han enseñado puntería y defensa!.
En eso, el lobo comenzó a tratar de partir el fuerte vidrio que protegía la gema. Sin pensarlo, tomé una de las velas encendidas que estaban a mi alrededor y calculé mi puntería, tal como me habían enseñado. Dí justo en el blanco (para mi suerte) y le quemó la mano con la que intentaba abrir el vidrio. El lobo se enfureció y se dirigió hacia mí, aún con su mano encendida en fuego. Lo esquivé. Estaba aterrorizada, pero con mente clara y precisa. Esquivé cuantas veces pude y lanzé velas encendidas con excelente precisión. Muchas veces llegó a alcanzarme, me hizo unas cuántas heridas en los brazos con sus largas uñas. Para que muriese debía encenderlo en fuego justo en el rostro, pero siempre esquivaba, al igual que yo, que siempre me cuidaba que no me tocara el cuello. El punto débil de un vampiro. En cuestión de minutos todo el lugar estaba incendiándose. Podía oír pasos y gritos de los pasos de arriba, "¡Búsquenla!", "¡Jefa! ¡¿Dónde está?!", "¡Revisen en todas partes!".
Necesitaba ayuda, sí, pero no quería recibirla, necesitaba vencerlo, sin saber cómo pegarle o qué estrategia planear. Hubo un momento, lo recuerdo muy confuso. Sólo sentí como si me clavaran un cuchillo en el cuello, y de repente, Will estaba en frente mío. Sentí como mi fría sangre corría por mi cuerpo y lo borroso que veía era a Will peleando a muerte con el lobo. Después de eso no sentí más nada, excepto mis ojos cerrándose lentamente, el frío de mi sangre y lo caliente del suelo.

Abrí mis ojos, ahí estaba, Will, a mi lado en una camilla y siendo sanado.

- ¿¡Qué ha pasado con Will!? ¡La gema! ¡¿Dónde está la gema?! ¡El lobo! ¡¿Qué ha pasado con el lobo?!.- Preguntaba una y otra vez mientras la enfermera me trataba de tranquilizar.

- Will te ha salvado. Otra vez. La gema está bien, está a salvo. El lobo se ha rendido y se ha marchado. Flint y los guardias te han traído aquí y han ayudado a Will. Ellos te esperan en la torre de arriba.- Jhosue respondió a todas mis preguntas mientras entraba a la habitación donde estábamos Will y yo.- Les espera un gran regaño.- Siguió riéndose.

- ¡Si que les espera! ¿¡Dónde se supone que estaban en ese momento!?.- Dije furiosa.

- Desayunando... Pero mejor guardate los gritos para después. Ahora espera a que terminen de sanarte.- Contestó mientras me sonreía.

Logré salir de allí. Besé a Will en la frente (aún seguía inconciente) y me dirigí al piso de arriba.
Ví al famoso Alex Flint, era de tez blanca, ojos café al igual que su cabello y una cálida mirada. En lo que me vieron entrar, todos bajaron la cabeza y se arrodillaron ante mí.

- Perdónenos jefa.- Repitieron todos al mismo tiempo.

- No les tengo rencor. Si me enojé al principio, incluso cuando aún seguía en la enfermería, pero me puse a pensar y si ustedes hubiesen estado allí, simplemente no me hubiese tenido que llenar de coraje para vencer a ese hombre lobo. Esto me sirve de experiencia. Aún así no entiendo el hecho de que dejen de cuidar la gema para ir a desayunar. De ahora en adelante se turnarán. Pueden irse.

- Eso haremos jefa. ¡Ya oyeron! ¡Vayamos a organizarnos!. Con su permiso jefa.- Dijo Flint haciendo una reverencia y alejándose del lugar.

Me dejaron el día libre por el agotamiento. Mañana seguiré mi entrenamiento.